En su tercera visita a Chilito, la orate cantante Björk dejará con la boca abierta a sus fans cerrando la noche del sábado 31 de marzo, en lo que será la segunda versión chilena del Festival Lollapalooza.
Como a la autora de Isobel siempre le ha gustado pegarse shows entero pelacables, aquí en Santiago no será la excepción, partiendo por la grata compañía del coro islandés Graduale Nobili, que le lleva ni más ni menos que 24 cantantes, todas rubias originales y que acompañan a la intérprete desde septiembre del 2010, época en que la Björk estaba a punto de editar su último discacho llamado Biophilia y que viene a presentar al terruño junto a algunos de sus hits de siempre.
Lo bueno es que las coristas, que se han ganado ene premios en su país natal, se roban la película al final de los shows de Björk, porque así como apoyan solemnemente con sus voces el tema de cierre Declare Independence, también se sueltan las trenzas bailando al estilo punchi punchi los hits electrónicos de la chicuela, tales como Hyperballad o Nátturá, lo que lógicamente deja en llamas al público masculino que la goza con los espectáculos de la autora de Human Behavior.
CHICA TECNO
Respecto a las pantallas, contará con una grande y dos laterales, las que muestran imágenes tan bacanes como las fases de la Luna, estructuras cristalinas y un montón de cosas relacionadas con el cuerpo humano y la naturaleza.
Sobre los instrumentos, para el tema que abre el show, llamado Thunderbolt, habrá una máquina onda laboratorio de Frankenstein, de nombre Tesla Coil, que simula lanzar rayos al ritmo de la melodía electrónica de esa canción.
Y junto a Björk y sus lindas coristas estarán presentes sus músicos Max Weisel, encargado de las programaciones, laptops y teclados, el baterista Manu Delago y la arpista Zeena Parkins.
Por Alberto Brieba Lübbert
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