Pocas horas después de haber cerrado la primera jornada de Lollapalooza como el plato fuerte del día, Björk se embarcó rumbo a Isla de Pascua para pasar sus vacaciones familiares en el lugar.
La cantante aterrizó en el aeropuerto Mataveri, a las 16.20 horas locales (hay dos horas de diferencia con Santiago), acompañada de su pareja, Matthew Barney; su pequeña hija Isadora y otros dos acompañantes. Toda la comitiva fue recibida con los collares de flores típicos de la isla.
Su llegada pasó inadvertida por los habitantes de la isla que estaban en el aeropuerto, y, por eso, la salida fue por el acceso normal de turistas. Acto seguido, el grupo se subió a la camioneta que los esperaba, para dirigirse rápidamente por el camino hacia la playa de Anakena. La islandesa se hospedará en el hotel Explora Posada Mike Rapu, de Rapa Nui, aproximadamente, a ocho kilómetros del aeropuerto, en el sector de Te Miro O one, una colina frente al océano, en la zona este de la isla.
permanecio en el lugar hasta el miércoles 4 y visito los diversos lugares turísticos de la isla, para lo que contrató uno de los tours privados que ofrece el hotel. Además, asistió a un show artístico típico polinésico.
Dentro de sus peticiones al establecimiento donde se hospedo, la artista solicitó que no se le pidan autógrafos ni fotografías, porque, cuentan, quiere ser tratada como un huésped más y no ser molestada por los curiosos, sino mantener la tranquilidad de sus vacaciones.
Björk es conocida por su tensa relación con la exposición pública. De hecho, en su primera jornada en Santiago, ella ya se mostró muy molesta durante su paseo por el cerro Santa Lucía, cuando fue fotografiada. En esa ocasión, su mánager se encargó de tratar de desviar la atención y disgregar a los curiosos.
Tras el incidente, la intérprete de Army of me pasó la mayor parte del tiempo antes de su show del sábado recluida en el hotel Ritz, donde alojó, y sólo se vio a sus bailarinas paseando por los alrededores. La cantante prefirió dejarse ver, sola, en la piscina del edificio.
Björk no es la única del contingente musical del festival en animarse a pasear por destinos turísticos chilenos. El sábado, los miembros de Foo Fighters, encabezados por Dave Grohl, partieron a una viña en Casablanca, donde estuvieron almorzando y recorriendo las instalaciones.
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