26 agosto 2010

Sin Björk, se viene la ópera de Bailarina en la oscuridad


Bailarina en la oscuridad fue aquella maravillosa, perturbadora y dura película del perturbador y duro Lars von Trier que hizo que su protagonista, la cantante Björk (¿o habrá que hablar de ella como artista integral?), debutara en cine.

A la película mal no le fue. De hecho, por tomar algún parámetro de éxito, obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes, lo cual no es poco, y ella se convirtió en una niña mimada de la crítica especializada. Pero tanto el vínculo entre ellos como la posibilidad de que Björk tuviera un segundo protagónico en cine quedaron sepultados en el pasado. "Una de las cosas que sentí es que, de alguna manera, filmando estaba perdiendo el tiempo. Nací para hacer música. En ese momento, en esa película, yo era inocente y estuvo bien haberlo hecho. Pero no podés ser inocente por segunda vez", dijo alguna vez.

A 10 años de aquel estreno, lo que sí vuelve es Bailarina en la oscuridad . Vuelve, pero su retorno será en formato operístico. El estreno será el mes próximo, en el Teatro Nacional de Copenhague. Adaptada por el danés Poul Ruders, en el papel de Selma, aquel que magistralmente interpretaba Björk, estará la soprano sueca Yiva Kihlberg. A ella le tocará interpretar a esa mujer inmigrante y madre soltera que se está quedando ciega. Su hijo también perderá la visión si no consigue el dinero suficiente para operarlo. En medio de ese contexto tan opresor, su pasión por la música y el baile le permite respirar un aire que, en la visión cinematográfica, asfixiaba.

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